La danza en la escultura/ la escultura en la danza: trazos y composición.

 (...) la percepción, encargado de proporcionar aquello que el cuerpo no proporciona;

en lugar de ser una actividad trascendental, se convierte, una vez más,

en una simple actividad lógica de conclusión.

Merleau-Ponty

 Bailarina modelando su personaje conforme a las líneas del movimiento dancístico.

   La escultura, arte del dominio del volumen de masas; y la danza, arte del movimiento corporal, se relacionan entre sí por el hecho de construir las formas conceptuales en base al trazo del dibujo expandido, cuya dinámica reposa sobre un espacio tridimensional. 

   Las dos artes espacio-temporales tienen sus puntos de conexión por cuanto se rigen al bocetaje previo de una recodificación de la forma material corpórea. El grácil movimiento de la mano que traza el boceto se traslada a la materia plástica de la masa dúctil y al cuerpo dinámico.

     El dibujo está compuesto con líneas trazadas por la fuerza geométrica vital autónoma y libre, representada en cada uno de los movimientos que realiza el escultor y el coreógrafo en sus propios contextos estéticos.

   Elementos que, en conjunto, materializan una idea abstracta, una narración, una historia dirigida a un espectador dentro de una realidad museística y/o dancística.

  La escultura y la danza se complementan de manera inexorable. Las ideas se materializan en el cuerpo humano, por acción performática, al estar cubierto por la epidermis y los atavíos del tiempo-espacio.

  La escultura es permanente en el tiempo e inmóvil en su plasticidad pues, reposa sobre un pedestal; sin embargo, la técnica sugiere determinados movimientos que el contemplador los percibe, de manera sensorial y emotiva.

  Por su materialidad plástica existen algunos puntos de la escultura aplicables a la escena de la danza, apelando además, a la multidisciplinariedad de la musicología, la anatomía humana y la kinesiología aplicadas al cuerpo esculpido. Hay una cierta religiosidad en representar la iconografía cultural en el cuerpo en movimiento, tal como el artífice modela su obra escultórica.  

Autor: Kino Ben Al Kazar