La alegoría transforma el fenómeno en concepto y el concepto en imagen,

sin que el concepto pierda sus características distintivas

y se "resuelva" completamente en la imagen.

Wolfang GOETHE

 

Los mitos, narraciones fantásticas-legendarias, han sido transmitidos por generaciones desde que el homo sapiens utilizó su raciocinio y sus distintas maneras de comunicación para proporcionar materialidad artística específica a las experiencias sensoriales, como el avistamiento de las diversas especies en evolución.

    En este caso, los dragones, especie de hidrosaurios, ingresaron -de manera onírica-  a formar parte de la realidad fantástica del hombre quien, a través de los procesos creativos, asignó significados en formas de efigies; es decir, representaciones alegóricas cuyo estudio, necesariamente, nos remite a la semiótica cultural a fin de dilucidar, en lo posible, aquellos grandes misterios de la naturaleza.

 

     Físicamente, el dragón pertenece a la especie híbrida de los colosales reptiles alados. Su dura coraza lo protege de sufrir daños durante sus épicas batallas. Tiene grandes colmillos y está dotado de la capacidad de emitir hálitos de fuego a través de sus fauces.

    En cada civilización desde la Edad Antigua hasta la Contemporánea, desde Occidente hasta el Lejano Oriente, los grupos humanos han investido a este ente mitológico de cualidades malignas y benignas, según la cosmovisión cultural a la cual se deben.

    La reinterpretación artística; por ejemplo, ha materializado al dragón como el custodio de tesoros, en las narraciones literarias; un artificio escultórico-decorativo, en los distintos espacios de un bien inmueble; la representación alegórica de las deidades, en la danza; una entidad demoníaca y apocalíptica, en la pintura religiosa.

El mito del dragón en la contemporaneidad cuencana

   La pieza escultórica del dragón se encuentra en una zona urbana de Cuenca (Av. Américas y Carlos Arízaga a pocas cuadras de la Feria Libre). Entre las razones por las que el dragón ha sido alegóricamente esculpido está, por ejemplo: por su valor simbólico de "custodio" de una ciudad, por el influjo del academicismo occidental al evocar entidades fantásticas medievales;  y finalmente, por su relación directa con la mitología maya-quiché y la kañari en la que la "Serpiente emplumada" tiene su característica demiúrgica.

   La obra fue diseñada por Fausto Cardoso Martínez, reconocido arquitecto cuencano cuyas obras entre otras, subyacen los referentes temáticos de las mitologías de Occidente, las cuales son contextualizadas en un aquí y ahora dentro de la cosmovisión andina y una ciudad mestiza en desarrollo.

Finalmente, Cuenca cuenta con este espacio fantástico atemporal en donde los miedos urbanos se han materializado en forma de un gran dragón, el cual mantiene su estoicidad perpetua rodeado de apurados transeúntes y de una espesa polución urbana.

 

Autor:: Kino Ben Al Kázar