¿El videoclip con formatos cinematográficos?
De una punta a la otra del espectro cultural,
el flujo implica disolvencia de géneros
y exaltación expresiva de lo efímero.
Hoy el flujo televisivo se constituye
en la metáfora más real del fin de los grandes relatos,
por la equivalencia de todos los discursos.
J. Martín-Barbero y G. Rey
El videoclip se define como un cortometraje musical de aproximadamente 3 a 7 minutos de duración, fundamentado en una narrativa rítmica, a la cual se le ha incorporado secuencias de imágenes fijas o en movimiento previamente rodadas; a fin de constituir contrapuntos o paralelismos visuales en correspondencia con las líricas del tema musical.
El videoclip nace en los estudios de televisión en los intersticios del siglo XX. El set de estudio televisivo dispone de un kit de luminarias de distintos colores en un amplio escenario. La predisposición de tres o cuatro cámaras genera dinamismo rítmico, tanto en el registro como en la edición.
El uso de paneos, tilds, travelings, etc., además de los planos generales y detalles de los instrumentos, los vertiginosos contraplanos y primeros planos sedujeron a los músicos, a crear una generación del videoclip. Los grupos del rock y del pop de los sesenta y setenta iniciarían así, una nueva forma de consumo visual de la música.
A mediados del siglo XX, el videoclip incorpora la estética del telefilm con elementos de la estética del cine experimental de los años 20 y el cine de la post-vanguardia de los 40. Adentrados en la década de los 80 y 90, el videoclip adquiere un matiz más cinematográfico debido a la influencia de las postvanguardias.
Los rodajes de los videoclips en su gran mayoría, son realizados en sets interiores de las empresas televisivas, y a fin de incrementar el capital de producción y de consumo del videoclip se incorporaron las técnicas del cine postmoderno como el steady cam, herramienta que permitió la fluidez del desplazamiento del tomavistas que refleje la inestabilidad de una época posmoderna.
Ana Longoni y Ricardo Santoni en De los poetas malditos del videoclip expresan: "Hacia 1980, el videoclip fue concebido por las compañías discográficas con el objeto de promocionar a los grupos musicales y de esta manera aumentar sus alicaídas ventas [...] y se consolida como forma estética [...] " (pág115).
En el siglo XX, la imagen del videoclip se digitaliza, pues, se torna cada vez más versátil al incorporar nuevos formatos de registro como las cámaras réflex y los dispositivos móviles. Se incorpora la animación digital, el video arte, la instalación, la performance, etc., por lo que la estética, en determinados casos, se vuelve más híbrida, difusa y sorna.
La multi-formalidad que ha adquirido el videoclip permite continuar el camino de la experimentación audiovisual, con una estética preconcebida desde el concepto y los intereses de un público al cual va dirigido el producto. Se exalta la importancia de los elementos formales para posicionarlos a una nueva realidad contemporánea.
La ciudad de Cuenca, una urbe en continuo desarrollo respecto a la industria del arte musical, permite la libertad de producción del videoclip con el objetivo de lograr en el público, el goce estético en variados escenarios.
af