La evolución de la tecnología digital iniciada a finales del siglo XIX ha permitido que la cultura universal ingrese a un proceso de digitalización de la información, democratizando, sin límites, el conocimiento humano.

    La tecnología configurada por los dígitos binarios nace a partir de los primeros cálculos analíticos generados por la electrónica de Babbage. Para la postrimería del siglo XIX se iniciaría entonces, el advenimiento del ordenador, y de éste, el mundo interconectado de Licklider, hasta el advenimiento de una fortificada base de datos mundial o big data en los años noventa, cuyo nombre es Word Wide Web.

    El nuevo espacio virtual asignado para la digitalización de la cultura, a principios del siglo XXI, ha permitido -como lo establece la perspectiva filosófica de Marshall McLuhan- una configuración de una nueva especie humana en el mundo virtual, entre "lo electrónico y simultáneo". Es la nueva forma de la democratización del conocimiento. Un giro a una "sociedad informatizada" como lo cita Lyotard, es decir que, a través de nuevas narrativas, se generan formas de colonización y transculturación. 

  Este es el caso en concreto, de las nacionalidades y pueblos indígenas que continuamente ingresan al mundo de la digitalización de la información universal. Con estos datos globales que ofrece la internet a todas las culturas del mundo, los pueblos ancestrales obtienen nuevos conocimientos que podrían ampliar su cosmovisión global con el peligro inminente de la alienación cultural.

af