Cada niño trae su pan bajo el brazo...
En Nuestro pan, Enrique Gil Gilbert
Cuenca se caracteriza, entre otras expresiones artesanales, por su tradición panificadora. Actividad desarrollada en cada uno de los sectores que en tiempos de la colonia fueron espacios periféricos. Sitios asignados a los campesinos y que hoy, comprenden los lugares emblemáticos de la urbe colonial por su connotación histórica: Todos Santos, El Vado, San Sebastián y El Vecino. La tradición panificadora subsiste hasta nuestros días, con el fin de preservar aquellos espacios históricos de interrelación humana y comercial entre los moradores que, asiduos, consumen este alimento básico, como lo es, el exquisito y aromático pan.
La primera parroquia en la cual se cultivó esta noble actividad es Todos Santos, ubicada a 700 metros del centro histórico. El primer molino de fuerza hidráulica se instaló apenas un año antes de la construcción de la iglesia denominada Todos Santos (evocando a la conmemoración del 1 de noviembre en honor a quienes decidieron seguir los pasos de Jesucristo: beatos santificados en la Edad Media).
El Barrio Todos Santos tiene entre sus adoquinadas calles, una atmósfera de un sutil olor a pan, que provoca y maravilla a quienes transitan por el lugar. Estos aromas evocan recuerdos de familia y motivan al transeúnte a ingresar a las cálidas panaderías y adquirir algunas de las coloridas piezas para compartirlas en casa con un aromático café caliente.
Autor: Kino Ben Al Kázar