Una sociología del cuerpo se dedica de manera específica al cuerpo,

establece las lógicas sociales y culturales que se difunden en él. 

David L. Breton 

La Escultura religiosa en Cuenca

 

La interpretación de la cultura está representada en una de las Bellas Artes: la forma escultórica. La religión como vínculo de aproximación del hombre hacia lo divino, se materializó en las formas escultóricas desde el Paleolítico cuya lógica se conserva hasta la actualidad en la denominada iconografía religiosa.

  Una de aquellas es la fomentada por la religión católica desde el medioevo con elementos del canon clásico, cuya apoteosis academicista se dio durante los siglos XVII y XVIII, con técnicas apropiadas que idealizaron el discurso religioso.

   Los dogmas de fe se mantienen vigentes a través de la corporeidad de la imagen religiosa y más aún cuando es motivo de interacción social. Aquellas efigies o representaciones divinas han sido elaboradas por generaciones de escultores con el objetivo de continuar los procesos coloniales en el nuevo continente, a las cuales se les incorpora elementos ancestrales y folclóricos que evidencia la hibridez cultural, característica de la latinoamericanidad.

   La escultura del Niño Dios, por ejemplo, constituye la imagen por la cual se realiza el acto de fe más importante en la ciudad de Cuenca en la época de la Navidad: el Pase del Niño Viajero. La Imagen logra movilizar a todas la esferas y estratos de la sociedad. La población, motivada por la fe, inicia los preparativos y desarrolla con éxito el acontecimiento del peregrinaje del Divino Niño por las calles de la ciudad de Cuenca el 24 de diciembre de cada año, el mismo que es retransmitido para los migrantes ecuatorianos a través de los mass media.

   Desde la perspectiva de la psicología social la imagen religiosa constituye la corporeidad del discurso del catolicismo mediante el cual brinda cierto sosiego al contemplarla y que los compungidos feligreses vean ella su posible salvación de las llamas del Infierno.

   La escultura contiene en sí misma una esencia primigenia, la representación de un ideal en una materialidad antropomorfa investida a la vez de un poder de omnipresencia física y espiritual, que centuplican a su vez la esperanza y la alegría mediante los actos de fe. 

Autor: Kino Ben Al Kázar